Fue una zona maderera desde la década de los 50 hasta los 80, época en la que fue declarada Reserva de la Biósfera, restringiendo esta actividad el 13 de julio de 1985. Por ello San José tuvo todo y más de lo que una pequeña ciudad de trabajadores necesitaba; era el centro neurálgico y era visitado por gente que llegaba de todas partes de México.
Este pueblo se comunica con la ciudad de Gómez Farías y nunca deja de tener visitas de viajeros que desean ver la magnificencia de la naturaleza, y por ello es uno de los últimos poblados de este corredor turístico que permite la entrada a todo tipo de visitantes, pues hay que recordar que la Reserva de la Biósfera El Cielo es uno de los pulmones del planeta y que en muchas de sus zonas únicamente recibe la visita de investigadores especializados en la biodiversidad.
Es uno de los últimos poblados accesibles para el turismo, ubicado a 17 kilómetros de Gómez Farías.